Tener mascotas para niños en casa es una buena idea para el desarrollo de los más pequeños.
A través del cuidado de los animales, los niños se convierten en responsables de estos. Además, aprenderán a amar y respetar a los animales, y pasarán divertidos momentos jugando junto a ellos.
Sin embargo, cada mascota tiene sus pros y contras, no solo para los niños, sino para los adultos que se responsabilizan del conjunto de la familia, y que deberán asumir los gastos y desastres domésticos que la mayoría de las mascotas generan. Antes de regalar un perro o cualquier otro animal, tenlo en cuenta.
Los mamíferos como mascotas para niños en casa
Desde los pequeños roedores hasta los perros, las ventajas de una mascota de estas características son similares: permiten el contacto directo, pueden jugar y expresa emociones como la alegría.
- Pequeños roedores: hámsters, chinchillas… Pueden pasar tiempo dentro y fuera de su jaula y son mascotas fáciles de cuidar. El niño puede encargarse de dispensarles comida, cambiarles el agua y limpiar su jaula semanalmente.
- Roedores medianos y grandes: por ejemplo, los conejos. Requieren un mayor cuidado, ya que sería una crueldad tenerles siempre en la jaula, y también más visitas al veterinario. A cambio, son juguetones y receptivos al cariño.
- Gatos y perros: los primeros, por su carácter individualista, no son compatibles con la energía y los juegos de un niño. Los segundos, por el contrario, son los compañeros ideales. Sin embargo, el perro es un animal que conlleva muchísimas responsabilidades y gastos durante un periodo largo de vida (hasta los 15 años).
Peces, reptiles y otras mascotas para niños en casa
Los peces y los pequeños reptiles no son receptivos al juego ni tampoco saben devolverte el cariño que les das.
¿Las ventajas de una mascota de este tipo? Los colores y las formas salvajes de estos animales suelen cautivar a los más pequeños, que pueden responsabilizarse de su alimentación y limpieza.