Cuando una visita se instala en tu casa, contar con unas normas de convivencia entre perros y humanos es fundamental.
Si tienes un perro en casa, es muy importante que dediques tiempo a educarle de manera social: enséñale a no temer a las personas ajenas a la familia y, sobre todo, a no ser agresivo con ellas. Dependiendo del carácter de tu mascota, es posible que también tengas que enseñarle a no ser demasiado efusivo con los invitados, que pueden verse intimidados por su saltos y lametones.
Pero no sólo las mascotas deben cumplir las normas: ¡tus invitados también deben ser amables con tu perro! y sobre todo, no malcriarle. Te proponemos 10 normas de convivencia entre humanos y perros que garantizarán la paz en casa.
Normas para los visitantes: comprensión y atención a las rutinas
Muchas veces los visitantes olvidan que la casa que visitan es territorio del perro, ¡es su casa! y ellos también exigen y esperan ciertos comportamientos de las personas extrañas que entran. Esto es lo que el dueño de un perro quisiera pedirte cuando vas a visitarle:
- Ser cariñosos con el perro y aceptarle como un miembro más de la familia que han venido a ver.
- Ser indulgentes y comprensivos con los inconvenientes que acarrea un perro en casa: pelos, babas, ruidos…
- Respetar algunos territorios fundamentales de la mascota, como por ejemplo, su cama o su rincón preferido.
- No malcriar a la mascota durante su estancia y ceñirse a las normas con las que le han educado.
- Y si vienen con niños, ocuparse de que estos comprendan también las normas y las cumplan.
Normas de convivencia para los perros: respeto, cariño e higiene
¿Tienes un perro en casa y te preocupa cómo convivirá con tus visitas? Si tu mascota cumple les siguientes normas, la paz en casa estará garantizada:
- Ser amable y confiado con los visitantes. Si te perro desconfía de los desconocidos, puede tratar de protegerte frente a ellos y ser agresivo.
- No ser territorial. Si notas que tu perro comienza a hacer sus necesidades en el interior, es posible que esté tratando de marcar su territorio frente a invasores.
- Nada de pedir en la mesa durante las comidas, tratando de aprovecharse de la amabilidad de los visitantes.
- Respetar el espacio de los visitantes y no ser demasiado impulsivo en sus muestras de cariño: nada de lametazos, saltos…
- Respetar también las pertenencias de las visitas: nada de dormir sobre sus ropas o mordisquear sus zapatos.