¿Estar rodeada de gatos durante el embarazo puede suponer algún peligro para el feto?
Existen muchos mitos y verdades acerca de los riesgos que asumen las mujeres embarazadas que conviven con gatos. El miedo más extendido es de contraer la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que puede contarse a través del contacto con gatos, y que las madres pueden contagiar a sus futuros hijos durante el embarazo.
Pero, ¿puede un gato sano y bien cuidado contagiar esta enfermedad a su dueña? La información y la prevención son el mejor remedio.
¿Qué es la toxoplasmosis?
La mayoría de las mujeres que conviven con gatos durante el embarazo temen, al menos en algún momento, contraer la toxoplasmosis. Esta enfermedad está producida por un parásito y puede contraerse, entre otras vías, por medio de la heces de los gatos que se encuentren infectados. Sus síntomas son parecidos a los de una gripe: malestar general, falta de energía y fiebre.
En el caso de que una mujer embarazada contraiga esta enfermedad, es posible que se la transmita al feto. Este riesgo es más alto durante los primeros tres meses de embarazo.
¿Suponen algún riesgo los gatos durante el embarazo?
Existen mitos y verdades entorno a la toxoplasmosis. Es muy importante que tengas en cuenta que sólo un gato infectado puede transmitir la enfermedad, y que si actúas con precaución puedes reducir drásticamente los riesgos para tí y tu futuro hijo.
Consulta con tu ginecólogo y pídele que te realice un análisis de sangre para saber si ya has pasado anteriormente la toxoplasmosis y, gracias a ello, estás inmunizada contra la enfermedad.
Igualmente, acude al veterinario para que este determine si tu gato está infectado y, en caso negativo, sigue los consejos de alimentación e higiene necesarios para que tu gato no contraiga el parásito de la toxoplasmosis durante el tiempo en el que estés embarazada.