Para las visitas: Las 10 reglas de convivencia de mi casa gatuna

¿Tienes visita y te preocupa cómo se comportará tu gato? ¿Sabes cuáles son las reglas de convivencia básicas entre gatos y humanos?

Los gatos son grandes exploradores y cazadores, pero al mismo tiempo aman la monotonía y la paz en el hogar. Por ello, las visitas y los grandes eventos en casa pueden sacar su lado más antipático.

Por otro lado, muchas personas no están acostumbradas al peculiar carácter de los gatos. ¿Quieres evitar choques entre tus seres más queridos? Te proponemos 10 reglas de convivencia que deben respetar tanto humanos como gatos, y que te garantizarán la paz en casa.

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Reglas de convivencia que tu gato no se debe saltar

¿Tienes gatos en casa? Con tiempo y paciencia, puedes educarles para que cumplan las siguientes 5 reglas de convivencia con tus invitados:

1. Consentir la presencia de los visitantes y no verles como una invasión de su territorio. De lo contrario, tu mascota podría marcar la casa orinando fuera de su arenero.
2. Ser amable o, al menos, coexistir con las visitas sin bufidos ni amenazas.
3. Respetar las pertenencias de las visitas: nada de afilarse las uñas en sus maletas, sus rodillas…
4. Si tu gato acaba desarrollando apego por las visitas, debe entender los límites de este: posiblemente a tu invitado no le gusta que le amasen o que tu gato se tumbe encima de él.
5. Si tu gato está acostumbrado a dormir o pasearse por tu cama durante las noches, trata de enseñarle a no hacerlo en el lugar donde duermen tus visitas.

Reglas de convivencia que tus visitantes deben conocer

Pero no solo los gatos deben ceñirse a un reglamento: cuando tus visitas lleguen a casa, ponlas al tanto de estas 5 normas:

1. Deben mostrarse amables con tu gato y receptivos a su cariño: tu mascota es un miembro más de la familia.
2. Deben respetar el espacio de tu mascota y, si quieren pasar tiempo con él, tienen que esperar a que tu gato se acerque a ellos.
3. Prohibido malcriar a tu gato: tus invitados tienen que ceñirse a las normas con las que le has educado.
4. Nada de quejas: pelos, manchas, maullidos… convivir con un gato tiene sus puntos negativos inevitables, y la única opción es aceptarlos.
5. Si tus visitas vienen con niños, estos deben conocer igualmente las normas y cumplirlas.

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